martes, marzo 01, 2005

La economía, idiota, la economía

Se acaban de hacer públicos los beneficios de las grandes compañías españolas para el ejercicio del pasado año y sorprende que los mejores resultados sean los de ese sector económico que semanas atrás amagaba con cobrar nuevas comisiones a sus propios clientes por operar en los cajeros automáticos de su propia entidad. Cabría pensar que se trata de medidas para solventar el balance negativo entre lo que cuesta el servicio que se presta y los gastos que ocasiona, pero nada más lejos de la realidad, de hecho, cada año aumentan los beneficios respecto al anterior alrededor de un 30%, en una progresión aritmética anual inagotable que dejaría a Jesucristo multiplicando panes y peces como un mago de feria de pueblo.
Este negocio tan boyante se fundamenta en cobrar hasta por respirar a quien te confía el dinero de sus ahorros, del fruto de su trabajo o de los ingresos legales o ilegales. Suena a jauga, y viendo la cuenta de resultados ciertamente lo es. ¿Cómo es eso posible? se preguntará alguno, pues ... como me dijo en una ocasión un honrado trabajador: "El capitalismo no es otra cosa que el totalitarismo comunista de los dirigentes empresariales y los economistas", donde hasta la pobreza del asalariado es un beneficio económico que no se cuantifica.
Ingresar dinero en el banco o la caja de ahorros, en muchos aspectos, es como cavar la propia tumba. El dinero que muchos jóvenes acumulan para la entrada del piso que acabarán de pagar sus herederos, por ejemplo, es utilizado por las entidades bancarias para especular en ese mercado, provocando artificialmente una demanda especulativa con intención de controlar los precios a su antojo. Y no hablemos de las hipotecas y otros productos financieros en los que los intereses del dinero prestado se sitúa a años luz de los que devenga el banco por los ingresos de los ahorradores.


Ante este panorama es comprensible la indignación de esos jóvenes a quienes la prensa del Partido Comunista de los Grandes Empresarios (PCGE) llama "Antisitema". Castrados por la macroeconomía, poco menos que viviendo de la caridad familiar y social, en el caso raramente hipotético de que se llegue a percibir alguna ayuda de la administración o de la madre que te parió. El único camino que queda abierto ante esta situación donde la Justicia y la Política se inhiben, de tal manera que pasan a formar parte del problema mismo ya por omisión (en el mejor de los casos) o de forma activa, el único camino que les queda, como digo, es el terrorismo de baja intensidad, la quema de cajeros y el golpe vitricida.



Próximo capítulo: Telefónica (De la serie "Atracos perfectos")