lunes, marzo 07, 2005

Conjugando la rosa (rosae)

La prensa rosa seria (que no sé exactamente en que se diferencia de los demás medios rosa, y amarillos) está preocupada por la anorexia que parece padecer la princesa consorte de la España monárquica, la tal Letizia, con zeta de zetapé. La pobre chica rica más que anorexia por mantener la delgada línea roja de su linaje natal parece que las está pasando putas por mantener el tipo. Pero ya saben, eso de insinuar que padece "el síndrome de las princesas" que diría aquel, vende muchos periódicos de los llamados serios. Ya puestos en tonterías antes suscribiría la hipótesis de un amigo que opina que Letizia sólo hace "una comida" al día y además de rodillas, si hay que ser malo por lo menos que tenga su gracia, ¿o no?
Para falta de gracia o directamente desgracia la del pastor que está en la cárcel porque sus ovejas pastaron libremente. Él en la cárcel y su ovejas muriéndose de hambre, literalmente. La España de Puerto Hurraco pervive en los juzgados. Me pregunto si este tipo de acontecimientos son representativos de este país tan sui generis, espero que no, como espero que no lo sea tampoco que Aznar y los teletubbies que tiene por familia estuvieran cenando ayer en Lucio y todos los comensales se levantaran a aplaudirle como si fuera "el mejor presidente que tuvo España". Hay memes tan memos que profanan hasta las tumbas de los cementerios .
Pero he de reconocer que Aznar y yo tenemos algo en común, yo hecho pestes del submundo político y social de este país y pepemari hace lo mismo en sus conferencias y entrevistas en el exterior aunque en este caso sean opiniones encontradas. No me ocurre lo mismo con su mujercita, enchufada en el Ayuntamiento de Madrid, para vergüenza de propios y extraños la tipa aparece de vez en cuando en televisión con esa mueca que quiere hacer pasar por sonrisa.

Otra que me cae gorda y esta es de verdad gorda para todo el que tenga ojos en la cara, Cristina Lépez Schilgsting de los Lépez de toda la vida y Schilgsting del Tercer Reich. Menudo cardo de tía, sus amigos han reunido nosecuantas firmas para que todos los niños estén obligados a estudiar religión católica pagada por la Administración con profesores elegidos a dedo por Rouco y sus secuaces fuera de toda legislación laboral. Y se llaman liberales, que es lo que mola desde que el punk tiene sección fija en el Corte Inglés.