sábado, febrero 26, 2005

En ocasiones veo fantasmas, a montones

La internet española está poblada de estúpidos. Qué pena de imagen exterior estamos dando en este medio. Esta es la conclusión que uno puede sacar si navega por las páginas de esa nueva horda de recalcitrantes espantapájaros que juegan a confundir la realidad con las fobias y filias de su limitado cerebro.
Van disfrazados de liberales (en lo económico, se entiende) y no dan la talla ni en eso. Ahí está el Señor Polanco pidiendo que le dejen emitir en abierto su Canal +, y resulta que los únicos que lanzan las campanas al vuelo son estos fariseos a los que se les llena la boca con la palabra mercado o libre competencia, pero no soportan que un empresario a quien sus empresas le van viento en popa pueda competir con el resto de menesterosos que quieren hacerse un hueco en el negocio de la televisión "vendiendo biblias" a los nuevos ateos. La rancia derecha española cree que apropiándose de los medios de comunicación va a tener a la gente santiguándose con sus memeces, que dicho sea de paso, tienen menos gracia que los humoristas de la Cope, porque a ver ¿qué humoristas tenemos afines a la derecha?
Arévalo: el humor paleto de la España subdesarrollada de los 70.
Pepe Da Rosa Padre, Junior y Espíritu Santo: humor Amateur poco agraciado.
Y ... ¿hay alguien más ahí afuera?.
Otra cualidad de nuestra derechona es esa paquetería hipócrita de su herencia religiosa. Desde que sus miembros Opusdeístas tienen secuestrado al Papa hemos asistido a las canonizaciones de la banda de Franco durante la Guerra Civil o las declaraciones papales sobre cualquier asunto interno de nuestra política por poner dos ejemplos entre mil.


Delirante la reciente mención al Plan Hidrológico, como no lo es menos las ruedas de molino con que nos quieren obligar a comulgar a los españoles con su visión de burro con orejeras sobre el matrimonio homosexual. Pero ahí tienen ustedes al señor Navarro Valls y esa legión de esbirros afincados en las inmediaciones de la Plaza de San Pedro trabajando de ventrílocuos con el vejestorio del Vaticano. Mientras las tres cuartas partes del planeta se mueren de hambre, de enfermedades y guerras lo que realmente preocupa a los líderes católicos es salvar el alma de los pequeños diablos domésticos. Surrealismo español en el corazón de Roma, sí señor, sí señor.
A los demás solo nos queda decir: "¿Señor, por qué nos has abandonado?"